Rachel Peled Cuartas
Profesora e investigadora
CEO de Ulpán Hebreo Sefarad (UHS): Centro Internacional de Estudios Hebreos y Sefardíes
Perspectiva de 25 años
Veinticinco años han pasado desde mi primera visita a Madrid. Ya no vengo de visita… simplemente llego a casa.
Me atrae la palabra escrita, el negro sobre blanco, que plasma la esencia del ser humano, pero he crecido en un estudio de ballet y el baile siempre me ha aportado una alegría vital. Así llegué al flamenco y el flamenco me trajo a España.
Aterrizó en Madrid una estudiante de literatura hebrea y “bailaora” de flamenco, con dos maletas más grandes y pesadas que ella misma, con problemas para hacerse entender en una lengua que aún no dominaba, intentado encontrar ese plato del menú que no llevara jamón y sin poder entender por qué el té en España se servía con tan poca agua… quizás, aquí el agua era aún más cara que en Israel.
La situación parecía complicada pero enseguida me sentí como en casa. Una sensación confusa para una decidida joven “Yerushalmit” (así nos llaman a las de Jerusalén). De repente surgieron preguntas tales como: ¿A qué nos referimos con la palabra “casa”? ¿Dónde verdaderamente está la casa de cada uno? ¿Uno puede tener su casa en dos sitios a la vez? ¿Una casa tiene que estar vinculada obligatoriamente a un espacio físico, o puede estar relacionada con espacios culturales, lingüísticos, etc.?
Con el tiempo estas preguntas se convirtieron en las piedras angulares de mi camino, un camino que poco a poco se iba proyectando mientras cruzaba el Mediterráneo en ambas direcciones, un camino que se ha ido convirtiendo en un puente ancho y firme.
Al principio no podía evitar la sensación de estar “colgada” como en un puente. Tenía cierta envidia de mis amigos y familiares en ambos lados del Mediterráneo que tenían su casa solamente en un lugar, en un país. Con el tiempo entendí que un puente tampoco está colgado en el aire, sino que se apoya en pilares. Me siento muy afortunada de construir mi propio puente apoyándome en familiares y amigos entre “los confines del Oriente y de Occidente”. Junto con mi esposo y mejor amigo, José Antonio, trazamos un camino entre España e Israel, y construimos una casa familiar y cultural siempre abierta a todos aquellos que deseen conocer y darse a conocer, y de esa manera afianzar los vínculos entre ambos países y sociedades.No me atrevería a sugerir a nadie cuál es el camino, solamente puedo contaros mi experiencia personal y profesional y mi actitud para abordarlas. Solo de esa manera puedo explicar el cariño y el conocimiento transmitido y recibido en este tiempo.
Me gustan los puentes colgantes, y ver cómo desde los extremos salen multitud de cuerdas que acaban sustentando el paso entre cada orilla. En el nuestro se estiran más de mil cuerdas formadas por alumnos y alumnas que durante estos años han contribuido en sustentar y mantener este puente vivo. Algunos con su apoyo y cariño infinito al pueblo judío y el estado de Israel, participando en las diferentes actividades, aprendiendo y profundizando en sus conocimientos. Otros, lo llevan a sus campos profesionales y laborales, tendiendo puentes entre ambos países, culturas y sociedades.
Me produce una gran satisfacción haber podido enseñar hebreo y estudios judíos y sefardíes a profesores de diferentes universidades de España como: la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de Granada, la Universidad de Castilla la Mancha, la Universidad Francisco de Vitoria, la Universidad de Barcelona, la Universidad de Málaga y la Universidad de Salamanca. Y ver cómo el legado israelí y sefardí y el vínculo entre ambos países también se extiende a otras universidades de Europa y América como: la Universidad de Lisboa, la Universidad de Lunds, la Universidad de Venecia, la Universidad Autónoma de México, etc.
Me alegra ser parte de la formación lingüística de nuestros alumnos y alumnas que trabajan en instituciones políticas, culturales y diplomáticas como el Congreso de los Diputados de Madrid, el Instituto Cervantes de Tel Aviv y el Consulado de España en Jerusalén; en empresas israelíes, españolas e internacionales como Iberia, IBM, Shariber, etc.; así como traductores jurados y literarios, abogados y notarios.
El camino
Nuestra larga experiencia en las últimas dos décadas impartiendo hebreo en diferentes ámbitos académicos y semi-académicos nos ha llevado a fundar Ulpán Hebreo Sefarad (UHS) y formar en él una gran familia.
Ulpán Hebreo Sefarad se abrió en 2006 en Madrid en colaboración con el Centro de Estudios Judeo-Cristianos. En él se enseñaba hebreo moderno y bíblico, se celebraban las fiestas y se organizaban ciclos de cine, literatura y cultura judía e israelí. El apoyo incesante de Sor Llonel, directora del Centro por aquel entonces, fue crucial.
En 2008 iniciamos nuestra trayectoria en Toledo en colaboración con la Escuela de Traductores de la Universidad de Castilla la Mancha, donde abrimos cursos anuales e intensivos de verano. Mi experiencia en esta ciudad fue mágica. “Un lugar no hace a la gente, la gente hace el lugar”. Cada semana regresaba para dar clases en Toledo, entrando por la misma puerta por la que salieron nuestros antepasados por última vez hace cinco siglos, y me perdía entre las callejuelas que albergaron a nuestros grandes poetas, escritores y traductores, en cuyos escritos sigo indagando constantemente. El sonido de mis pasos en los adoquines toledanos retumbaba y se mezclaba en mi interior con el eco de las palabras de Todros Abulafia, Yaacov Ben Elazar y Rodrigo Cota. Una extraña sensación de memoria histórica viva en carne y hueso me acompañaba hasta llegar a la clase donde me esperaban mis alumnos y alumnas con el corazón abierto y los ojos sedientos por saber y conocer. Ahí, cada semana de nuevo, se apaciguaba mi alma… llegaba a casa.
En 2010 Ulpán Hebreo Sefarad se transfirió al Centro Sefarad Israel donde impartimos cursos anuales e intensivos de hebreo durante más de una década. También organizamos ciclos de conferencias que abarcaban temáticas diferentes desde el pasado hispano-hebreo medieval hasta la política y la sociedad israelí en la actualidad. Seguimos con la celebración de las fiestas, organizando excursiones tras las huellas del legado judeoespañol en la Península Ibérica.Entre 2011-2012 tuvo lugar una colaboración con la Universidad Complutense de Madrid para impartir ciclos formativos de hebreo moderno.
En 2013 firmamos un acuerdo pionero y único en el mundo con la Escuela Rothberg de la Universidad Hebrea de Jerusalén permitiendo a nuestros alumnos presentarse a los exámenes oficiales de hebreo. Cada año tenemos alumnos que aprueban con éxito los exámenes y reciben sus diplomas oficiales de la Universidad Hebrea de Jerusalén. En 2014 la profesora israelí Nomi Draschinsky se integró en el equipo del Ulpán y lo dirigimos e impartimos conjuntamente hasta 202. Ese mismo año se abrió el Taller de Traducción, centrado en la traducción de literatura hispanohebrea medieval y literatura hebrea moderna al español, junto con la formación de nuevos traductores jurados. Con los años nuestro taller ha ido ganando reconocimiento académico y profesional internacional. Se juntaron investigadores y profesores de diferentes universidades de España e Israel que realizaron una ardua y magnífica labor como Katja Smid, Carlos Santos y Alicia Ramos. Junto con la traductora María Condor publicamos en 2019 una antología de poemas de Todros Abulafia en la editorial Hiperión. Últimamente acabamos de preparar una edición bilingüe de La Historia de Sahar y Kimah del escritor toledano Yaacov Ben Elazar, y un corpus trilingüe de los proverbios en la obra Ben Hamelej beHanazir, el Príncipe y el Monje, de Abraham Ibn Hasday.
En 2015 abrimos las clases de hebreo para niños con una metodología especializada con materiales adaptados para los alumnos y alumnas más jóvenes. En 2016 comenzó una colaboración con la Universidad de Alcalá en investigación y traducción de literatura hebrea medieval. Disfrutamos también de los primeros encuentros entre alumnado y profesorado académico de Israel y España. Durante los últimos años el vínculo con las diferentes universidades israelíes se ha estrechado y esperamos seguir realizando intercambios, seminarios y excursiones juntos en ambos países. En 2017 se abrió el Taller de Conversación, ofreciendo a nuestros alumnos un ambiente dinámico y vivo donde pueden practicar la comunicación cotidiana y temas de actualidad de modo ágil y divertido. Desde 2018 examinamos oficialmente a los alumnos del Colegio Ibn Gabiról de Madrid. En 2021-2022 abrimos cursos temáticos abarcando el pasado y presente del pueblo judío y la sociedad israelí. Me satisface enormemente contar con Manuel Santiago, Alicia Ramos y Francisco Bedman por la organización e impartición de dichas acciones formativas.
Gracias al cariño y a la dedicación de más de mil alumnos y alumnas, a la entrega personal y profesional de nuestros profesores y profesoras y a la organización de decenas de excursiones, conferencias, eventos culturales y fiestas, hemos forjado una gran familia, un lugar de encuentro y un hogar para cualquier persona que desee conocer nuestra lengua y legado.
Pero, vamos a comenzar desde el principio.
Puente de danza
“La coincidencia no existe, solo la ilusión de la coincidencia”
(Sinéad Cusack).Cuando pienso en cómo empezó todo, esta es la primera frase que me viene a la mente. Fue precisamente en un curso intensivo de danza clásica y contemporánea cuando tuve mi primera clase de flamenco. Desde entonces han pasado treinta años, pero todavía me acuerdo vivamente de esa emoción profunda, como si fuera una revelación. Los pies taconeando y las manos acariciando el aire era la definición de felicidad. En cuanto pude me matriculé en las clases de Silvia Durán. A partir de aquel momento vivía para llegar a las clases de flamenco y el resto del tiempo lo pasaba en una eterna espera hasta el próximo encuentro con aquel mundo de falda larga, zapatos de tacón y pelo recogido en el que me sentía completa.
Seguí formándome en Israel con diferentes profesoras, entre ellas Sharón Saguí, hasta finalizar el servicio militar. En ese momento mi camino me condujo a las academias de flamenco con denso olor a serrín de Madrid y Sevilla. Al volver de España quise encapsular esa experiencia con recuerdos de “Chocolate Paladín” y “Suavizante Mimosín” y retenerla: La famosa academia de flamenco “Amor de Dios”, mis profesores, los zapatos, el dolor de los pies y los vestidos de Bata de Cola. Comencé a enseñar flamenco en la Escuela de Ballet de mi madre, Rivka Peled. Mi pasión se contagió rápidamente. Recuerdo con nostalgia infinita los años con mis alumnas en aquella burbuja flamenca en las montañas de Jerusalén. En poco tiempo se formó un núcleo de jóvenes que dedicaron gran parte de su tiempo y energía al flamenco, perfeccionando su técnica y diseñando coreografías. Como cumplían los doce años integraban de forma natural su amor por el flamenco en su fiesta de Bat Mitzva. Así se celebraban muchas “Bat Mitsva” flamencas con coreografías individuales, un brindis de fusión cultural. Una de las alumnas de aquel magnífico grupo es la bailarina y coreógrafa Yarden Amir, que participa en este libro.
Puente empresarial
La vida da muchas vueltas, y en el año 2003 empecé a trabajar en Telefónica en un proyecto en colaboración con Israel. Quizás lo más sorprendente para mí fue entender hasta qué punto las personas y su capacidad para entender los diferentes códigos culturales son las que crean un vínculo, incluso cuando se trata de negociar al más alto nivel. Me gustaría mencionar aquí la labor y empeño personal que pusieron mis exdirectores Beatriz Arizmendiarrieta y Manuel Remior D.E.P. en sacar adelante la colaboración entre España e Israel. Su cariño y apoyo me acompañarán para siempre. En aquellos años me di cuenta que la importancia de la lengua va mucho más allá del conocimiento de las palabras. Muy pronto comprendí que el dominio de un idioma puede convertirse en tu tarjeta de visita. Y así, poco a poco iba penetrando en los maravillosos y entrañables senderos del castellano y la literatura española. Empecé este camino formándome en la Universidad Complutense de Madrid en Estudios Hispánicos, para seguir luego con un máster y doctorado en Estudios Iberoamericanos en la Universidad Hebrea de Jerusalén, un doctorado que se concluyó en la Universidad Complutense en Ciencias de las Religiones. Desde entonces sigo indagando en las huellas de judíos y conversos en la literatura castellana con el apoyo de mi directora de tesis la prof. dra. Ruth Fine. La labor de investigación y docencia permanece normalmente “entre bambalinas”. Igual por esa misma razón me emocioné profundamente al tener el privilegio de representar la academia israelí en el “Homenaje al Hispanismo Internacional”, que tuvo lugar en el Palacio del Pardo en 2018 con su Majestad.
Puente cultural
Como profesora de hebreo tuve la oportunidad de abrir a mis alumnos la misma ventana que me abrieron mis profesores: una ventana a una sociedad, una cultura y un mundo. Reconocí en mis alumnos (españoles) el mismo anhelo hacia mi cultura que yo tenía hacia la suya. Desde el principio se creó una dinámica recíproca, un movimiento enriquecedor cuya inercia se encuentra en el aprecio y el cariño mutuo de dos culturas.
Junto a mis alumnos aprendimos a reconocer lo que tienen de común ambas sociedades y al mismo tiempo lo que tienen de único y extraño. Poco a poco, a través del aprendizaje de la lengua y la cultura los dos círculos emergieron en uno solo.
Estoy orgullosa de ver a mis alumnos integrados en su vida en Israel, o trabajando en empresas israelíes.
Puente literario
“Libi bamizraj veanoji biktse maarav” ליבי במזרח ואנוכי בקצה מערב (Mi corazón está en el Oriente y yo en los confines del Occidente”, así escribió el gran poeta Yehuda Halevi hace un milenio. Yo tenía catorce o quince años en mi primer encuentro con la poesía hispanohebrea medieval en las clases de literatura de la escuela secundaria. Esta poesía me maravilló, conectándome con lazos secretos a un mundo lejano, misterioso, un “más allá” en el tiempo y en el espacio. Al empezar a profundizar en aquella literatura se me abrió un mundo extraño y familiar al mismo tiempo, una existencia hebraica y española a la vez. Más tarde se convirtió en mi campo de investigación y docencia académica. El mismo día en el que devolví mi equipamiento militar asistí a la primera clase de la carrera de literatura hebrea y comparativa en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Los lazos entre la literatura hebrea, árabe y romance se iban aclarando, cada vez más anchos, más complejos. Aquel mundo lejano y misterioso para una adolecente jerosolimitana se convirtió años después en una realidad cercana para una joven estudiante que repartía sus años de carrera entre Madrid y Jerusalén. Gracias a mis maestras, la prof. sra. Florinda Goldberg de la HUJI y prof. dra. Teresa Miaja de la Peña de la UNAM pude conocer la literatura española medieval, tan relevante e importante en este diálogo literario y cultural. A partir de aquel momento dediqué gran parte de mis estudios e investigación a revelar e iluminar las conexiones entre la literatura hebrea y romance en la Península Ibérica. Me gustaría agradecer también a mi tutor prof. dr. Matti Hus por darme herramientas analíticas facilitando un mejor entendimiento de dichas relaciones.
Recuerdo cómo escuché a Estrella Morente cantando “Le di caza al Arcángel” de Juan de la Cruz, en un concierto. No podía entender las palabras, pero algo me conmovió profundamente, y empecé a llorar. Ahí se me abrió un camino nuevo, un puente entre el judaísmo y los judeo-conversos en España, al que dedico parte de mis estudios y docencia con gran cariño desde entonces.
La música, la memoria y también los objetos nos conectan. En mi infancia me acompañaron los grandes libros del judaísmo de mi padre, Yuval Peled D.E.P. y mi abuelo, Menachem Sasover D.E.P. Ambos los coleccionaban y leían con infinito cuidado, cariño y respeto. Cuando falleció mi padre trasporté toda aquella magnífica colección a nuestra casa en Madrid, donde los libros y el recuerdo de mi padre y mi abuelo siguen vivos, iluminando el camino a muchos alumnos.
Puente académico
Entre los grados académicos (BA, MA y doctorado) formé una familia, nacieron mis hijos, y fundé el Ulpán Hebreo Sefarad. Con el tiempo se iban estrechando mis lazos académicos entre España y Israel. Poco tiempo después de doctorarme nació una maravillosa iniciativa con el prof. dr. Carlos Alvar, del IEMSO de la Universidad de Alcalá para iniciar programas de estudios sefardíes. Juntos pudimos cumplir este sueño. A partir de 2018 organizamos diferentes programas de estudios sefardíes abarcando un amplio abanico de aspectos culturales, históricos, lingüísticos, filosóficos, etc. Así mismo, en el marco de nuestra actividad llevamos a cabo ciclos de conferencias sobre Sefarad, jornadas y excursiones con la participación de profesores e investigadores de España e Israel. En 2019 organizamos un primer congreso internacional en el que disfrutamos de la participación de grandes investigadores israelíes y españoles, junto con ponentes de más de una quincena de países. Me gustaría agradecer a la prof. dra. Ofra Tirosh Becker de la Universidad Hebrea de Jerusalén su apoyo incondicional a lo largo de este camino.
Gracias a los programas de estudios sefardíes el puente entre ambos países se hizo posible para decenas de alumnos y alumnas. Considero un gran privilegio la oportunidad de dirigirlos en sus proyectos finales (desde fin de programa hasta sus tesis doctorales), en los que otros puentes, otros caminos entre ambas sociedades se están marcando constantemente.
Puente cultural
Desde mi llegada a España hace más de veinte años me impactó la sed de la gente no judía por conocer la sociedad israelí y el mundo judío. Celebramos el primer “seder” madrileño con nuestros compañeros de piso de aquel entonces, un grupo cántabro de estudiantes de teatro. Para todos ellos fue una experiencia totalmente nueva. No podía imaginar que aquel “seder” fuera el primero de más de un centenar de celebraciones conjuntas, en las que el placer más grande es el de percibir la emoción y la gratitud de las personas que viven por primera vez nuestras fiestas judías, pudiendo así compartir nuestras tradiciones. Con la fundación del Ulpán llegaron los alumnos a las fiestas. Con el colegio de nuestros hijos sus compañeros y padres. En poco tiempo las celebraciones reunían a decenas de personas, siempre con mucha alegría y voluntad de conocer y compartir. Me gustaría agradecer a mi familia en Israel, especialmente a mis padres que hayan abierto generosamente sus puertas a mis alumnos y amigos. Para muchos era el primer Shabat, el primer Rosh Hashana o el primer Pesajcon una familia israelí, y esos recuerdos los llevarán siempre con gran cariño.
Puente entre pasado y presente
El pasado judío en la Península Ibérica permite compartir nuestro legado no solamente en lo que atañe a la parte israelí sino también en lo relacionado con el mundo español. Durante los últimos años hemos organizado excursiones siguiendo las huellas de los judíos y conversos en la Península Ibérica, reviviendo el pasado al poder escuchar la lengua hebrea en los mismos sitios donde vivieron nuestros antepasados. Estos días estamos en plenos preparativos para el primer seminario Israel – España con la prof. Revital Rafael Vivante de la Universidad de Bar Ilán y el dr. Roí Horn de Kulna con la participación de investigadores y alumnos israelíes y españoles. Seguiremos los grandes poetas y filósofos medievales desde Madrid a Málaga, pasando por grandes centros como Toledo, Córdoba, Granada, etc.
En los últimos años han surgido colaboraciones muy fructíferas con la Federación de las Comunidades Judías de España, la Federación del Sur, la Red de Juderías, la Fundación de las Tres Culturas de Sevilla, Makom Sefarad, el Instituto Daróm, el Museo Municipal de Valencia y el Instituto Cervantes de Tel Aviv organizando actividades que fomentan las relaciones entre España e Israel.
Entre los frutos de estas colaboraciones cabe mencionar los eventos de conmemoración del milenario de Salomón Ibn Gabirol en la Fundación Ibn Gabiról de Málaga, su ciudad natal, y en el Museo Municipal de Valencia; las veladas dedicadas a Todros Abulafia en la Fundación de las Tres Culturas en Sevilla y en el Instituto Cervantes en Tel Aviv. Me gustaría reiterar mi aprecio y agradecimiento a todas las personas involucradas en estas actividades, conociendo las dificultades y obstáculos en el camino.
Actualmente estoy trabajando con los profesores doctores Antonio Espinosa, Francisco Bedman y Tania Arévalo en un ciclo de conferencias y una publicación sobre el Palmach y su generación, una iniciativa muy importante del Instituto Daróm bajo la dirección de la prof. dra. María José Cano para dar a conocer no solamente el pasado sefardí sino también el presente israelí.
Otro de mis caminos se halla en Alcalá de Henares. Llegué ahí por la universidad hace ocho años, pero pronto emergieron otros proyectos. Encontré gran interés y voluntad por parte de Ricardo González y María Aranguren en fomentar el conocimiento del patrimonio judío y judeo-converso de la ciudad. A esta labor se agregaron Sara Juchnowicz y Walter Wasercier de “Háblame de Sefarad”. Bajo el lema: “conocer el pasado en el presente para hacer un futuro mejor” comenzamos a trabajar en diferentes vertientes. Por ejemplo, el ayuntamiento publicó una guía turística de la Alcalá judía que yo traduje al hebreo, una guía que abre una ventana a cualquier turista israelí, y da una bienvenida cercana y familiar. Junto a Sara, estoy impartiendo en Alcalá un curso pionero de formación sobre Sefarad para profesores de secundaria y formación profesional de la Comunidad de Madrid. A través de siete siglos de historia y literatura tratamos temas de diáspora, pertenencia, otredad, diálogo intercultural, convivencia, etc., temas que mantienen su relevancia para nuestra sociedad y para el diálogo entre Israel y España.
Puente internacional - de Alcalá a Berlín
En los últimos años he dedicado parte de mi investigación a las antologías medievales de narrativa como, por ejemplo, la obra de Kalila y Dimna. Desde 2020 se ha formado una fructífera colaboración con un proyecto de la Universidad Freie de Berlín, bajo la dirección de la prof. dra. Beatrice Grundler y la co-dirección de la prof. Dra. Isabel Toral Niehoff, en el que trabajamos conjuntamente sobre las diferentes versiones de estas obras, desde sus orígenes en el Oriente lejano, pasando por las versiones árabes y hebreas y llegando hasta las ramificaciones en otras lenguas como el griego, el latín o el castellano. Gracias a este trabajo se han formado vínculos personales y profesionales con investigadores e investigadoras de diferentes países, entre ellos de países árabes como Irán y Siria, con los que hubiese sido difícil alcanzar esta amistad y colaboración dentro de otro marco. Gracias a esta convergencia medieval de las literaturas árabe, hebrea y castellana, podemos hoy crear otros puentes entre culturas que siguen compartiendo muchos temas. Compartimos los frutos de nuestro trabajo en congresos de Europa e Israel y en publicaciones que están saliendo a la luz. Actualmente preparamos un evento en la Embajada de España en Berlín, que se enfocará en el puente cultural en la España Medieval.
En esta celebración del 35 aniversario de las relaciones diplomáticas entre España e Israel no puedo dejar de pensar en los puentes que permiten el tránsito, el conocimiento y la relación entre ambas orillas. Y en ese sentido quiero destacar que, si bien las personas que aparecemos en esta publicación hemos generado esos puentes, debemos estar agradecidos sobre todo a aquellas personas que han decidido transitarlos multiplicando con su experiencia el valor de nuestro trabajo.
Si algo he aprendido y tiene realmente valor en mi camino, ha sido la importancia de haber abierto las puertas de mi casa y mi trabajo a todas aquellas personas que han querido acercarse, sin prejuicios, sin miedos, posibilitando así un diálogo y un conocimiento que nos ha enriquecido a ambas partes.
En mi vida han pasado 25 años en los que he madurado como persona y se han consolidado los vínculos que he formado entre ambos países.
Los puentes no cuelgan del aire, sino que se sostienen por el cariño y la dedicación de todos los que nos rodean. A todos ellos les doy gracias.